Pues sí, de nuevo tocaba preparar mochila para embarcarme en una nueva expedición de cooperación a Dschang (Camerún). Aunque esta vez iba a ser un poco diferente ya que por fin, tras varias veces yendo allí aprovecharé para conocer algún sitio más del país. 

El vuelo de ida salía el 14 de agosto, volábamos con Turkish airlines, que aunque el viaje es un poco más largo, ya que la escala es en Estambul, los aviones están muy bien, el precio es bueno y los horarios también. Nuestro vuelo salía a las 12am de Madrid, desde allí salimos los 5 integrantes de la expedición número 61 de COEM ( 4 traumatolog@s y un anestesista) cada uno con las 2 maletas de 23kg permitidas cargadas con material médico y ropa para dejar allí. Yo desde hace varios viajes allí, mi ropa y neceser los llevo conmigo en una mochila, ya que no iba ser la primera vez que las maletas no lleguen y la mayoría de las veces no la recuperas hasta que vuelves al aeropuerto de Douala de vuelta ya que allí nadie te las envía a ningún lado, con suerte te llaman para decirte que ya ha llegado y si te pilla a mano pasarte por el aeropuerto pues la recuperas.

Tras un primer vuelo de algo más de 4h llegamos a Estambul, en principio parecía que iba a tocar correr, ya que nuestra escala era solo de 1 hora y el aeropuerto de Estambul, para quién no haya estado, es gigantesco. Finalmente al llegar vimos que el siguiente vuelo iba con 1 hora de retraso, así que nos lo tomamos con más calma.

Mientras andábamos por los pasillos camino a nuestra puerta de embarque, me dí cuenta que no tenía las pegatinas de las maletas. El problema no es solamente el código para poder reclamar en caso de pérdida, sino también, y por lo que me agobié más, es que uno de los cientos de controles que te hacen para salir del aeropuerto en Douala es comprobar que la maleta que llevas tiene el mismo código que tus pegatinas. Algo que me parece de utilidad dado que allí se van acumulando maletas y maletas y podrías coger cualquiera. Pero claro en este caso yo no tenía pegatinas para mostrar.

Acudí a un mostrador de atención al pasajero de Turkish y lo máximo que conseguí fue que me apuntasten el código detrás del billete. Algo era algo, ya vería yo como me apañaba en Douala.

Por fin, con cerca de hora y media de retraso, salió nuestro vuelo destino Douala.

Aterrizamos pasada la 1 de la madrugada y tras echarme el repelente de mosquitos pertinente (Douala es una ciudad a nivel del mar con bastantes mosquitos) comienza la procesión por los distintos controles del aeropuerto:

1. Policías a la salida del vuelo pidiéndote el billete y el pasaporte

2. Visado: desde hace unos meses se puede sacar un visado provisional por internet con el que te dan un código QR, en el aeropuerto hay un control donde te comprueban el QR, te piden una serie de documentación (pago del visado, billete, carta de invitación…) y te sacan una foto para ponerte el visado en el pasaporte.

3. Control de cartilla de vacunación internacional con la fiebre amarilla

4. Aduana: tienes que rellenar el típico documento de fecha de entrada y de salida y de donde te vas a alojar, etc. Comprueban de nuevo tu pasaporte, se quedan el papel que has rellenado, te vuelven a sacar foto, te toman huellas dactilares y te ponen el sello en el pasaporte.

Y después de todo esto ya llegas a las maletas.

Esta vez hubo suerte y llegaron todas, tocaba pasar por el control donde es posible que te las abran para ver qué llevas, en nuestro caso llenas de material médico, si nos las abren toca dar bastantes explicaciones. ¡Genial, no nos las abrieron! Y a la hora de pasar el control donde comprueban la pegatina de tu billete con la que llevan las maletas, al ser varios y llevar muchas maletas, conseguimos pasar rápido evitando dar explicaciones por las pegatinas que no estaban.

Es importante saber que ya dentro de las maletas hay cameruneses que parece que te están echando una mano de forma desinteresada con las maletas, empiezan a ayudarte a ponerlas en el carrito y ya te acompañan hasta la zona de taxis o parking de fuera para que les des una propina. Si no estás interesado es mejor que se lo digas desde el principio.

Fuera nos estaba esperando la furgoneta del hospital, eran cerca de las 3 de la mañana, así que fuimos a descansar unas horas a una residencia de estudiantes donde solemos dormir en Douala y ponemos el toque de queda para salir dirección Dschang a las 7 de la mañana.

Tras un breve descanso salimos puntuales, Douala es una ciudad distribuida de forma desorganizada alrededor de su puerto y salir de ella es un auténtico caos ya que se juntan en la carretera, coches, camiones, motos, carros, vendedores, peatones…. con rotondas donde se distribuyen miles de puestos tipo mercadillo donde cada uno vende lo que puede.

Esta vez la salida fue terrible, tardamos dos horas y media en salir de la ciudad porque junto al caos de siempre se unieron averías de camiones que hicieron que hasta en un momento determinado motos y coches invadiesen la acera, y lo curioso es que los peatones ni se inmutaban.

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Otra de las cosas que siempre me llama la atención es que los cameruneses afrontan todas esas incidencias sin pestañear lo más mínimo,que hay un atasco de 2 horas, pues es lo que hay; que se me estropea el coche en la cuneta, pues qué le vamos a hacer; una resignación total a lo que va separando el día a día.

Una vez abandonada Douala cogemos la carretera destino Dschang, durante el trayecto encontraremos varios controles, controles de policía y ejército que pueden pararte o no y una serie de peajes muy rudimentarios que se identifican sobre todo por el acúmulo de vendedores ambulates que se agolpan en el sitio.

Hacemos una parada intermedia cerca de un lugar que se llama Melong para comprar fruta, que he de decir que es espectacular lo rica que está.

Finalmente llegamos al hospital sobre las 14:30h, más de un día después de nuestra salida.

Fdo: Dani Jiménez

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