Las autoridades comienzan a poner el foco en las enfermedades que trasmiten los insectos que se multiplican en las acumulaciones de agua que ha dejado el paso de la gota fría en diferentes zonas del país

Las inundaciones que se están sufriendo en diferentes puntos de España están dejando tras de sí un escenario complejo que requiere atención no solo por los daños visibles, sino también por los posibles riesgos sanitarios asociados. Entre los factores de interés destaca el incremento de condiciones favorables para la aparición de enfermedades transmitidas por vectores, así como el impacto en los sistemas de salud pública.

 El mosquito tigre (Aedes albopictus), una especie invasora en Europa, podría encontrar en las áreas afectadas un entorno propicio para su reproducción debido al agua estancada y a unas temperaturas que, aunque variables, pueden ser moderadas tras episodios de inundaciones. Este mosquito es conocido por su capacidad de transmitir enfermedades como el dengue, el chikungunya y el zika, todas ellas con relevancia en términos de salud pública. Si bien España no es una región endémica para estas patologías, los casos autóctonos registrados en años recientes sugieren la necesidad de una vigilancia constante. Además, el cambio climático parece desempeñar un papel relevante al facilitar la expansión geográfica de estos vectores.

 Por otra parte, las inundaciones también incrementan la exposición de la población a roedores, que, al ser desplazados de sus hábitats habituales, tienden a buscar refugio en áreas urbanas y periurbanas. Esta interacción puede elevar el riesgo de enfermedades como la leptospirosis, que se transmite a través del contacto con agua o alimentos contaminados por orina de animales infectados, y el hantavirus, cuya transmisión puede ocurrir por inhalación de partículas contaminadas provenientes de excrementos de roedores. Aunque la incidencia de estas enfermedades es baja o muy baja, las condiciones generadas por desastres naturales podrían favorecer su aparición en áreas vulnerables.

 Según la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), hasta el momento no se han identificado brotes epidémicos significativos asociados a las inundaciones recientes. No obstante, se han registrado algunos casos aislados de gastroenteritis, posiblemente vinculados a la contaminación de agua potable o alimentos. Estos casos, aunque no alarmantes, subrayan la importancia de mantener sistemas de vigilancia activa y de garantizar el acceso a agua potable y alimentos seguros para prevenir situaciones más graves.

El contexto posinundación plantea también retos operativos para los sistemas sanitarios. La coordinación entre organismos regionales y nacionales resulta esencial para asegurar una respuesta eficiente. Protocolos que unifiquen criterios en la gestión de pacientes y en la realización de análisis microbiológicos pueden marcar la diferencia en la detección temprana de posibles riesgos. La capacidad de respuesta se ve fortalecida por la implementación de herramientas de diagnóstico rápido, como las pruebas PCR, que permiten identificar patógenos en pocas horas y ajustar las estrategias sanitarias según las necesidades.

 La prevención juega un papel fundamental en este escenario. Medidas como el uso de equipos de protección personal, la eliminación de agua estancada y la educación sobre prácticas de higiene pueden contribuir significativamente a mitigar los riesgos asociados. Además, es crucial informar a la población y a los voluntarios que trabajan en las zonas afectadas sobre la importancia de seguir las recomendaciones de seguridad sanitaria.

 En conclusión, las inundaciones representan un desafío multifacético para la salud pública, con implicaciones que van más allá del impacto inmediato. La vigilancia epidemiológica, combinada con la colaboración interinstitucional y el compromiso comunitario, puede minimizar las consecuencias sanitarias de estos eventos. Aunque la experiencia en España con este tipo de desastres aún es limitada, las lecciones aprendidas de situaciones similares permiten mejorar la capacidad de anticipación y respuesta frente a futuros episodios.

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Fdo: Manuel Gil/Marta Arsuaga